EL TAROT COMO CLAVE DEL CONOCIMIENTO
Quien llevó el Tarot más allá del simple juego y de la predicción del destino fue el ocultista Eliphas Lévi (1810-1875).
Sus estudios sobre el Tarot se convirtieron inmediatamente en una verdadera Biblia para los esotéricos de todo el mundo.
Según Lévi, el Tarot contiene un simbolismo profundo y oculto: un saber escondido en la simbología de las cartas.
La Doctrina de Lévi
El Tarot – inspirador de todos los libros sagrados de los pueblos antiguos – es la síntesis máxima de los principios de una amplísima y consolidada tradición esotérica: es la verdadera clave del conocimiento.
De hecho, los 22 arcanos mayores del Tarot corresponden a las 22 letras del alfabeto hebreo y a los 22 senderos del árbol de la Cábala; son un catalizador donde se encuentran las tradiciones y los principios de astrología, ciencias secretas y disciplinas iniciáticas y sacerdotales.
Según Lévi, el Tarot es por lo tanto “la herramienta más perfecta” para la comprensión de lo ininteligible.
Extracto de “Dogme et Rituel de la Haute Magie”
(“Dogma y Ritual de la Alta Magia”)
de Eliphas Lévi
Hemos llegado al final de nuestra obra, y es aquí donde debemos darle la clave universal y decir la última palabra.
La clave universal de las artes mágicas es la clave de todos los antiguos dogmas religiosos, la clave de la Cábala y de la Biblia, la clavícula de Salomón.
Ahora, esta clavícula o pequeña llave, que durante siglos se creía perdida, nosotros la hemos recuperado, y hemos podido abrir todas las tumbas del antiguo mundo, hacer hablar a los muertos, volver a ver en todo su esplendor los monumentos del pasado, comprender los enigmas de todas las esfinges y penetrar en todos los santuarios.
El uso de esta clave, entre los antiguos, estaba permitido exclusivamente a los sumos sacerdotes, y el secreto no se confiaba ni siquiera a la élite de los iniciados. Ahora, he aquí lo que era esta clave:
Era un alfabeto jeroglífico y numérico que expresaba mediante signos y números una serie de ideas universales y absolutas [...].
[...].
Cuando el sumo sacerdocio dejó de existir en Israel [...], cuando el arca fue perdida, el santuario profanado y el templo destruido, los misterios del efod y del terafín, que ya no se plasmaban en oro y piedras preciosas, fueron escritos o más bien representados por algunos sabios cabalistas en marfil, en pergamino, en cuero plateado y dorado, y finalmente en simples cartas [...]. Nació así el Tarot [...].
